"Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar."
El Papa Benedicto XVI afirmó que el rabino Neusner "ve correctamente este mandamiento como el ancla en el corazón del orden social". Este mandamiento fortalece las relaciones generacionales, hace explícita la conexión entre el orden familiar y la estabilidad social, y revela que la familia es "querida y protegida por Dios." Porque el amor incondicional de los padres para con sus hijos, conforme a las enseñanzas de la Iglesia, reflejan el amor de Dios y también porque ellos tiene el deber de pasar la fe a sus hijos, el Catecismo llama a la familia "una iglesia doméstica", "una comunidad privilegiada" y la "célula original de la vida social".
El Catecismo dice que este mandamiento exige deberes de los hijos a sus padres que incluyen:
Respeto filial para con los padres, que también engloba "las relaciones entre hermanos y hermanas".
Gratitud.
Obediencia a los padres mientras el niño viva en su casa "cuando es para su bien o para el bien de la familia",83 excepto cuando la obediencia exige que el niño haga algo moralmente equivocado.
Cuando los hijos ya estén grandes, ofrecer, si fuera necesario, apoyo material y moral a sus padres en la vejez, especialmente en tiempos de "enfermedad, soledad o abatimiento."
De acuerdo con el Catecismo, ese mandamiento también requiere obligaciones por parte de los padres para con sus hijos, entre las cuales se incluyen:
"Educación moral, formación espiritual y evangelización" de sus hijos.
"Respeto a sus hijos como hijos de Dios y personas humanas."
"Disciplina adecuada para los hijos, pero teniendo el cuidado de no provocarlos."
"Evitar presionar para escoger una determinada profesión o cónyuge", lo que no impide a los padres dar "sabios consejos".
"Ser un buen ejemplo" para sus hijos.
Reconocer "los propios defectos" delante de sus hijos para orientarlos y corregirlos.
Expansión de Jesús
El Evangelio de Mateo relata que cuando alguien le dice a Jesús "he aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar", Jesús les respondió diciendo: "¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre." El Papa Benedicto XVI afirma que Jesús llevó hasta el cuarto mandamiento a un nivel nuevo y superior. El catecismo cree que al hacer la voluntad de Dios, cualquiera puede convertirse en parte de la familia universal de Jesús y, por consiguiente, de Dios. Así, las responsabilidades del cuarto mandamiento se extendieron a la sociedad y exigen respeto de las "legítimas autoridades sociales". El Catecismo especifica los "deberes de los ciudadanos y de las naciones", que Kreeft resume como:
"Obediencia y honra" para "todos los que para nuestro bien, reciben de Dios autoridad en la sociedad".
"Paga de impuestos, ejercicio del derecho de voto y defender el país".
"La obligación de ser vigilante y crítico", lo que exige que los ciudadanos critiquen lo que perjudica la dignidad humana y a la comunidad.
"El deber de desobediencia" a las autoridades civiles y directrices que son contrarias al orden moral.
"Practicar la caridad", que es una "necesidad para cualquier familia o sociedad funcional"; es el "mayor mandamiento social" y requiere que las personas amen a Dios y al prójimo.
"Acoger al extranjero" que necesita de seguridad y sustento que no pueden ser encontrados en su país de origen.
"La obligación de los países ricos de ayudar a los países pobres", especialmente en tiempos de "necesidad inmediata".
"La expectativa de las familias de ayudar a otras familias".
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